Ana Luisa, una madre desesperada por las torturas que sufre
su hijo en la cárcel, nos cuenta cómo es la realidad de las prisiones, de los
familiares que van a verles todas las semanas.
Una realidad que desborda y destroza a presos y familiares,
que se ven impotentes no solo ante las injusticias, sino también ante la imposibilidad
de que prosperen las denuncias por violaciones de Derechos Humanos.
Todo lo que dice Ana Luisa es cierto, soy la pareja de un preso que le han aislado y puesto en primer grado porque ha denunciado los suicidios que que ha habido en su módulo, a mí también me prohibieron las visitas y he estado incomunicada desde agosto del 2016 hasta mayo del 2018, no solo me quitaron las visitas con informes falsos diciendo que había metido un móvil y había estado haciendo grabaciones y fotografias dentro de la cárcel, todos los que teneis familia o amigos en la prisión saben que eso no se puede hacer, pero no solo me prohibieron las visitas a cualquier prisión que le trasladaban que no paran de cambiarle y cada día más lejos de las familias para crear desarraigo y hundirlos más en la misería, además prohibieron la entrada a los amigos para que no tuviera visita de nadie. Como dice Ana Luisa no decimos que no deben cumplir la pena aunque hay muchos inocentes en las prisiones, lo que pedimos que los traten como seres humanos, para los carceleros son piltrafas y ellos se creen superiores y los humillan y los maltratan porque nadie los protege
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