Ya no nos sobrecogen las historias de abusos policiales,
sino la normalidad con que los chavales las narran, como si abofetear y pisar
cabezas a menores de edad fuese la cosa más normal del mundo.
Otro testimonio valiente, esta vez Luis, vuelve a compartir
con nosotros sus experiencias en primera persona de las detenciones, las
comisarías, los calabozos…
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