¡Cuántos genios encontraría “Tú sí que vales” si se
atreviesen a bajar a los barrios, a las calles de Lavapies…! Dónde chicos como
Zakarias aprenden solos a tocar en los capós de los coches, a inventar ritmos
con sus manos… y poco a poco, solos ellos y el arte, acaban tocando maravillas
en un cajón flamenco o en un djembé, sin escuelas, sin academias, sin más
profesores que la vida misma…
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